Comer entre los lobos


Hace años veíamos en el cine los pintorescos sucesos del crack del '29, las grandes crisis, las grandes guerras...  Poco a poco hemos entrado en una nueva época de desconcierto y de pesimismo global.  ¿Es global?  Parece ser que nuestros compañeros de la casta de los países “en vías de desarrollo” ya llegaron a la auto-vía del desarrollo.  China, ese gigante dormido del que llevamos oyendo desde hace casi veinte años, cuando todavía hablábamos de “cuando los chinos despierten” resulta que ya estaban tomando el postre.  Ahora ellos mandan, comercian con medio África, son los prestamistas de Europa y Estados Unidos y en definitiva, ya son los dueños del mundo.

Mientras tanto, Europa, como continente viejo que es, está haciendo ganchillo en la mecedora de la indecisión, de la inercia conservadora.  No somos un continente valiente sino acomodado.  Del viejo dicho de “cuando seas padre comerás huevos” Europa lleva comiendo huevos mucho tiempo, pero ha llegado la hora de desoxidarse y salir a correr.

Brasil y Argentina, son el foco de nuevas inversiones europeas.  Pero no pensemos en multinacionales que trabajan por las antípodas, es ya un reguero de pequeños empresarios que ven el gran mercado del cono sur.  Ya se han montado empresas en Brasil que importan trabajadores de Francia y Alemania.

Podría irme por las ramas de demasiadas cosas, pero quería centrarme en ¿QUÉ NOS PASAS A LOS ESPAÑOLES? El 15-M tuve una conversación sobre la importancia de las movilizaciones ciudadanas, del despertar español.  Básicamente, usando mi conformismo argumenté el porqué de la ineficacia de este movimiento y mi duda sobre su continuidad.  Pues bien, al final me decidí a unirme (tímidamente) a las reuniones del 15-M y ahí pregunté a una amiga mía “¿tú crees que con el paso del tiempo veremos que esto fue el principio de muchas cosas?”  La respuesta era clara “no lo sé”  El caso es que a medida que observaba el movimiento “indignado” me daba cuenta de que en España tenemos un problema, reivindicamos TODO.  Dispersamos nuestra fuerza en mil argumentos en vez de focalizarnos en uno y luchar en un punto en vez de cincuenta.

Ayer estuve viendo entrevistas de Camila Vallejo, líder del movimiento estudiantil de Chile.  Creo que es un ejemplo para todos,  el hecho de que luchen por un derecho claro y conciso, real y palpable.  Se está montando una revolución mayor que la del 15-M sólo por un apartado y con más progresos que en España.  La realidad del movimiento español es que el sistema asambleario no permite tener líderes que coordinen y se reúnan con las fuerzas políticas con las que se pueda negociar.  El movimiento español es disperso hasta en su organización y cualquiera sabe que la jerarquía funciona en cualquier estrategia de ataque. 

Un amigo chileno me dijo este verano en una comida, todas las razones de las reivindicaciones chilenas y además me advirtió que en España estábamos caminando hacia ese modelo estudiantil-empresarial.  Me dijo que no debíamos dormirnos y luchar. 

“Yo venía a España buscando negocio y salidas y he llegado a un país dormido y triste”
Jorge Astorquia
Noviembre 2011

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