Todos pasamos por la historia pero hay historias que nos sobrepasan. Hoy lloro la muerte de un grande, un noble: uno de los cinco padres de los bosques, de los antepasados que vieron brumas milenarias y oyeron el primer llanto y la caída de muchos orgullosos y humildes. Ha muerto, en Florida 'El Senador', el sexto árbol conocido más viejo del mundo. Un maravilloso ciprés que se erguía 30 metros, aunque originalmente medía 50 pero una tempestad lo dejó dañado.
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| El senador |
3500 años lo contemplaban. Se habían escrito cuentos y leyendas con su porte. Muchas vidas, sonrisas, guerras, imperios, religiones, amor, pasaron al mismo tiempo que él, tocaron su corteza e incluso hace 3450 años, hubo niños que lo treparon (o así lo intentaron) y parejas que se amaron bajo sus ramas. En su corteza están todas esas historias, toda la fuerza de la esencia.
Hoy lloro la pérdida de la sabiduría del mundo, de un trocito de tantas cosas que entretejían la vida y que hoy vamos olvidando. No quiero que se olvide su memoria y que se quede empolvando las páginas de curiosidades de un periódico gratuíto.
¿Cómo murió? por el fuego, por la provocación de un inconsciente o por el golpe de un rayo al que le pidió clemencia. Os invito a reflexionar sobre la fuerza de la experiencia, de la observación. Os invito a pensar en la importancia de mantenerse ante la tempestad por un compromiso. Os invito a mirar el mundo que vio y que dejó de ver el anciano ciprés; a adentrarnos en su memoria para que sirva a la nuestra. A saber que la mejor madera es la del árbol que crece despacio y se alimenta con el tiempo.
No sólo quiero respetar la memoria del viejo Ciprés sino que quiero realzar a los grandes que nos siguen acompañando.
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| Picea solitaria |
Hace poco alguien hablando de árboles y estrellas de mar, me preguntó: "¿cuándo puede vivir un árbol?"
Pues ahora viene lo abrumador: El árbol vivo más longevo del mundo, que se conoce, data de hace 9550 años. Es una picea que germinó justo cuando se retiraron los hielos de la última glaciación y creció con su flamante porte de 4 metros. Su parte visible no es tan longeva y "sólo" tiene 600 años de edad. Esto es posible ya que tiene la capacidad de autoclonarse y seguir germinando con el paso de los siglos; la datación por carbono 14 de sus raíces descubrió su verdadera edad. Se encuentra en Noruega, en una planicie helada en la que no ha tenido competencia desde que los mamuts caminaban por allí y nuestros antepasados exploraban el mundo.
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| Sunland Baobab |
Tiene su propia página web ya que han construído un complejo turístico a su alrededor y hasta un bar dentro de una de sus cavernas.
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| Prometeo |
Una historia bastante triste es la de Prometeo, que fue descubierto en 1964 en las montañas de Nevada (Estados Unidos). Un estudiante que estaba datando los árboles de la zona, perforó su tronco para obtener la muestra pero su aparato se atascó. Pidió permiso a los agentes forestales para talar el tronco para sacar la muestra y al cortarlo y hacer las pruebas pertinentes, se determinó que tenía 4862 años. Aquello acabó con la vida de Prometeo.
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| Pando |
La lista de árboles milenarios llega hasta casi 50 y es maravilloso encontrar no sólo a estos ejemplares relícticos sino también bosques milenarios que, clonándose a lo largo de miles de años, han llegado a formar organismos complejos e interconectados. Este es el caso de Pando. Esta colonia clonal de álamo temblón en Utah es una de las más antiguas. La colonia de 105 acres está hecha de árboles genéticamente idénticos conectados por un sistema de raíz única. El bosque se inició por lo menos hace 80.000 años cuando todos nuestros antepasados humanos aún vivían en África.
Sin
embargo, algunos calculan que el bosque podría tener como 1 millón de
años, lo que significaría Pando es anterior a los primeros Homo sapiens en 800.000 años. Con 6.615 toneladas, Pando es también el organismo vivo más pesado en la tierra.
El tejo, es uno de los árboles sagrados de las culturas europeas, como el roble. Por ello hay muchos cementerios o plazas de pueblos con este tipo de árboles. En Gales se encuentra uno que data de la edad de bronce. Tiene entre 3000 y 4000 años y corona el cementerio de Llangernyw.
Los tejos tienen la capacidad de que los nuevos brotes salen del mismo tronco, cuando muere el tronco principal, estos vástagos siguen adelante. Las sucursales también puede echar raíces en el tronco podrido, o anclarse en el suelo cerca de la base.
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| Jomon Sugi |
En las culturas del norte de la Península Ibérica se usaba el tejo para hacer venenos para que, en caso de perder en la batalla, se suicidarían antes de cargar con la deshonra. Los guerreros que partían a la batalla, para pedir en matrimonio, entregaban una flor de tejo a su amada para que los esperase a su regreso.
Jomon Sugi , el cedro más grande de las coníferas existentes en Japón. El árbol crece entre la niebla, en un gran bosque en la cara norte de la montaña más alta de la isla de Yakushima en Japón. Sus anillos de crecimiento indican que data por lo menos de 2.000 años, aunque algunos estiman que podría tener más de 7.000 años.
Creo que es maravilloso que puedan existir este tipo de ejemplares y que sigamos disfrutando de las cosas que se mantienen, que se perpetúan a un ritmo sereno, porque adquieren una conciencia propia. Los veneramos porque hay algo dentro de nosotros que admira esa capacidad de mantenerse, de sobrevivir ante tanto estrés creado por nuestra sociedad. Personalmente me encanta poder visitar este tipo de monumentos vivientes porque me recuerda que se pueden conseguir grandes cosas con pequeños gestos, poco a poco, con el tiempo. Nada sólido se consigue inmediatamente.
Y para terminar este Con-texto os añado un fragmento de "planeta humano" que ilustra perfectamente el sentimiento que os quiero transmitir.
Fuentes: Propia
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