Hola amigos, este es un anuncio de un humilde comercial como yo, que les viene a presentar una gama de productos que nunca supieron que necesitarían pero que YO les garantizo de buena tinta que revolucionarán sus vidas. Sólo unos minutos de atención y les presento el catálogo, ustedes deciden si lo compran, lo usan o lo regalan, pero he aquí lo más de lo más ¡la revolución testada durante más de quinientos años, señoras y señores!
El libro: ¿quién no sabe leer? desde luego ustedes no, porque han aguantado hasta el segundo párrafo. Pues bien, les indico en qué consiste. Piensen en un ipad que contiene su bibliografía completa, maravilloso ¿verdad? Pues yo les doy la posibilidad de sacar cada uno de sus libros en volúmenes individualizados que podrá consultar sin necesidad de cargar ninguna batería puesto que lo tiene en la estantería. Este lustroso ingenio contiene su propio olor, color, tacto,... podrán sentir que cada libro es diferente, por el tacto de sus hojas al pasar. Podrán sorprenderse bajo un árbol leyendo, degustando cada página. La mayor maravilla de este artilugio, es que pueden subrayar las páginas a su gusto, anotar reflexiones, doblar la esquina de la página para remarcar su importancia... es decir, pueden imprimirle alma.
El libro puede acumular momentos, fragancias, sentimientos... que con el tiempo puedes volver a abrir y sentir nuevamente, rememorar y reenamorarte de ellos.
Las cartas: ¿Qué decir del poder del manuscrito? Para que se hagan una idea, es como un e-mail pero escrito con la sutil variabilidad de la letra de cada persona. Se escribe con intención, se escribe con sentimiento y reflexión. Cada letra tiene un ritmo, un momento. Las palabras se pueden entrelazar y enseñar sentimientos más que conceptos...
¿Y ese momento de escribir la carta? la libertad de incluir dibujos, esa servilleta de aquella cafetería, esa colonia que tanto le gusta... Las cartas...pueden llevar hasta batidos de chocolate :)
Viajan más allá de los cables de teléfono y llegan a un servidor mucho más ingenioso, las manos. Tardan su tiempo en hacerse y tienen paciencia en llegar; lo suficiente para despertar emociones. Podéis elegir qué queréis regalar, pero desde luego, la carta lleva impresa más que tinta, más que un sello, lleva sentimiento.
Lo que he venido a vender... es lo que no se compra, lo que no valoramos porque no tiene precio. La mirada, la caricia,el detalle, la atención a los que tienes alrededor, la palabra directa... Las cosas que hacen al mundo más sincero porque no se puede mentir con ellas...
Espero que no llegue el día en el que todo esto sea tan extraño al mundo que haya que venderlo...
Jorge Astorquia
27 de Enero 2012
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